En 2017, Enrique Vargas adquirió propiedades en la Ciudad de México y en Huixquilucan, Estado de México, de personas ya fallecidas. Según el Instituto de la Función Registral del Estado de México, en septiembre de 2017, Vargas compró un terreno en Huixquilucan de 3,762 metros cuadrados, cuya propietaria, Elisa Arzaluz Gutiérrez, había fallecido en noviembre de 1981. La transacción la representó una mujer identificada como Rosa Rocío Nava Díaz.
Además, en noviembre de 2017, según Grupo Reforma, Vargas compró otro predio en Bosques de las Lomas a una mujer que había fallecido 20 meses antes, y él mismo actuó como representante legal en la operación.
En el caso del terreno de Huixquilucan, Vargas pagó 790 mil pesos, a razón de 210 pesos por metro cuadrado, por debajo del costo promedio en ese momento. Después de la compra, construyó un complejo llamado «Rancho Vargas», que incluía una vivienda, caballerizas, establo para vacas y una capilla, rodeado por una muralla de casi 5 metros de altura con cámaras de vigilancia.
El político utilizó el rancho para eventos sociales y fiestas, como una registrada en febrero de 2020 con jóvenes panistas. Según registros, el 17 de febrero de un año posterior, Vargas vendió el rancho por 12 millones de pesos al presidente estatal del PAN y actual diputado federal Anuar Roberto Azar Figueroa.
Aunque los vecinos indican que Vargas ya no es propietario del lugar, los animales y trabajadores permanecen allí. La venta fue publicada por el periódico Reforma.